PEÑA TEN (2.140 m)

Si hay una montaña que atraiga todas las miradas en el valle de Valdeburón, esa es la Peña Ten. Está sola, ligeramente acompañada por el Pileñes, pero no le hace sombra. Es grande y su forma parecida a un volcán roto es muy peculiar.

Sobrepasa de los 2.000 m. y sus laderas cubiertas de nieve son perfectas para un buen día de esquí de travesía. Es por ello, uno de los grandes clásicos de la montaña leonesa.

Se puede subir y bajar por varias vertientes. Todo depende del estado y la calidad de la nieve. Y la duración de la ruta es reducida porque la bajada, como pasa en todas las montañas cantábricas, es rápida y fugaz.

FICHA TÉCNICA

  • Recorrido invernal con esquíes de travesía.
  • Material necesario: Cuchillas, crampones y piolet. Arva, pala y sonda.
  • Distancia: 10,3 km. (Vuelta entera).
  • Duración: entre 5:00 y 5:30, subida y bajada.
  • Desnivel: 936 m.
  • Dificultad: MBE, S3-S4
  • Riesgo de aludes: No hay una zona expuesta. 

Perfil de la ruta

Este monte para subirlo tendremos que acercarnos en coche hasta su punto de partida. Desde Maraña son apenas 8 km por carretera. Pasamos el pueblo de la Uña y dejamos el vehículo en el área de los Carbellares.

Si tenemos suerte y la nieve acompaña a pie de carretera, sólo tendremos que andar un poco puerto arriba, cruzar el puente sobre el río y girar a la derecha. Debemos pasar la valla metálica y entrar en las campas donde nos ponemos las tablas para llanear hasta el puente que cruza el arroyo Valdosín, afluente del río Esla. Este puente está hundido en el río con lo que tendremos que hacer un par de giros cortos para cruzarlo.

Después de pasar el puente, subiremos sorteando riachuelos de agua hasta llegar al camino de Valdosín. Éste se encañona bajo la peña Castiello y se abre en el valle de Valdosín. Un poco más adelante enfilamos hacia la derecha, a la par del arroyo de las Corvas. Pasamos los abedules de la majada de Lario y las escobas de la majada de Polvoredo. Dos invernales pequeños que marcan el inicio de la subida directa por la ladera suroeste.

Estas primeras laderas son bastante empinadas, aunque se dejan zigzaguear bien. Nosotros tuvimos que poner cuchillas porque estaba la nieve bastante helada. Se sube hasta llegar a los cortados sobre el circo sur y la arista cimera. Aquí tuvimos que quitar las tablas y poner crampones. Subiendo hasta la cima sin quitar el ojo a las viseras de nieve colgadas hacia el sur.

La bajada ofrece varias posibilidades. La cara norte tienta mucho, pero el estado helado de la nieve nos hizo desestimarlo. La bajada hacia la Vegadona tampoco la tomamos porque estaba muy avanzada la nieve primavera. Así que volvimos unos metros hacia atrás, atravesamos la cresta sur y bajamos en esa dirección por las laderas que enfilan hacia la olla, disfrutando una bajada gozosa, prácticamente hasta el arroyo de las Corvas.

Regresamos hacia las majadas y enfilamos a los coches por la pista de Valdosín y el mismo camino de ida.

Galería fotográfica de la ruta