
CAMINO AL CORÓN
El camino al Corón es un breve camino de ida y vuelta hasta la campa del Corón.
Es corto, mantenido y muy atractivo por las excelentes vistas del Mampodre, de Valdeburón e incluso del Espigüete.
Discurre bajo las peñas de las cumbres, donde asoman los rebecos y vuela el alimoche.
La flora varía del roble en la parte baja, al cerezo, serbal, avellano, espinos y hayas según va ascendiendo.
Recomendado para una mañana o tarde, debido a su corta longitud.
FICHA TÉCNICA
- Época recomendada: todo el año. Cuando está nevado son imprescindibles las raquetas.
- Distancia: 3,8 km. (ida y vuelta).
- Duración: 1h 30', yendo despacio.
- Desnivel: 142 m. Subida mantenida con alguna pendiente fuerte.
- Tipo de camino: pista forestal.
- Dificultad: baja.
- Fuentes de agua potable: Abrevadero al principio y el de la Escudillina (poco caudal al final del verano).
Perfil de la ruta (ida y vuelta)


La subida hacia el Corón comienza en la portillera de las Cabañas Patagónicas y sube directamente hacia las antenas de telecomunicaciones. Encontramos un primer abrevadero donde podremos coger agua en épocas más secas, porque más adelante encontraremos otro, pero su caudal varía con las estaciones.
Seguimos por la misma pista subiendo hacia el norte y llegaremos enseguida al cruce de la Collavilla. A la izquierda sube una pista hacia los altos del Hoyo y el Quemado. Nosotros tomaremos la que sigue de frente hacia levante.
No dejaremos esta pista hasta que lleguemos a la campa del Corón, así que el camino no tiene pérdida.
Como dijimos antes, nos encontraremos con otro abrevadero la Escudillina, cuyo caudal varía con las estaciones. Robles, hayas, serbales de cazadores, espinos, avellanos, endrinos, cerezos, acebos y algún pequeño tejo son las especies dominantes, en cuanto a árboles.
En los paredones que nos rodean al norte anidan alimoches, halcones, chovas y se asoman sin vértigo, rebecos y ciervos. Quizás nos ladre algún corzo y se asome algún jabalí o zorrillo pero encontrarlos es muy difícil. Hacemos más ruido que ellos. Hay que estar atentos a lo charcos y el barro, porque en ellos encontraremos huellas que delatan el paso de los animales del bosque.
Sólo nos falta decir que este sendero es tranquilo y relajado, a pesar de que no deja de subir a la ida, y de bajar a la vuelta. Es perfecto para una mañana o una tarde.